La barriga y el cerebro
Cuando las bacterias intestinales cambian la función cerebral

Publicado el: 6 de agosto de 2025
¿Puede el intestino influir en el cerebro?
Durante mucho tiempo se pensó que las bacterias intestinales solo servían para ayudarnos a digerir los alimentos. Hoy sabemos que este “ecosistema” de microbios, conocido como microbiota, va mucho más allá: puede influir en nuestro sistema inmune, en cómo procesamos nutrientes ¡e incluso en cómo pensamos y sentimos!
Microbiota y salud mental
Cada vez más investigaciones apuntan a una conexión directa entre el intestino y el cerebro. Se ha visto, por ejemplo, que:
- Personas con autismo suelen presentar alteraciones digestivas, y ciertos cambios en la microbiota parecen mejorar síntomas en estudios con animales.
- Bacterias como Lactobacillus o Bifidobacterium, presentes en yogures y probióticos, ayudan a reducir la ansiedad y favorecen un mejor estado de ánimo.
- Prebióticos (alimentos que alimentan a las bacterias “buenas”, como la fibra) también pueden disminuir el estrés y mejorar la respuesta emocional.
¿Cómo funciona esta conexión?
Los investigadores han descubierto que los microbios intestinales producen neurotransmisores como la serotonina o la dopamina, los mismos que regulan nuestro humor. También se comunican con el cerebro a través del nervio vago y modulan la respuesta del sistema inmune.
Una nueva forma de cuidar el bienestar
Aunque la ciencia aún está dando pasos, todo apunta a que cuidar la microbiota —con una buena alimentación, probióticos y prebióticos— puede convertirse en un aliado para la salud mental, al igual que ya lo es para la salud digestiva.
En definitiva, el intestino y el cerebro están mucho más conectados de lo que imaginábamos. Una microbiota equilibrada no solo mejora la digestión, sino que podría ayudarnos a sentirnos mejor, más tranquilos y con más energía.